El proceso comienza investigando la naturaleza de tu PROPIA ira. ¡Tu “ira” es parte de tu propia psicobiografía! Dice algo sobre TI y, en primer lugar, debes descubrir qué hay en ti que te hace “vulnerable” a aquello que “desencadena” tus ataques de ira. Especialmente aquellas reacciones de ira que no guardan proporción con la realidad de la situación. ¡El hecho de que alguien no recuerde su cumpleaños no es motivo de divorcio! Estás mucho más enojado de lo que la situación (en realidad) requiere y por lo tanto, debes investigar y descubrir por qué tu reacción es tan drástica. ¡Una de las causas más comunes de ira (ira) “sobrereactiva” es el resultado de la ira reprimida del pasado! La mayoría de las personas tienen un patrón de “reprimir” su ira hasta que las presiones, las tensiones y el estrés se vuelven intolerables. ¡En este punto, normalmente “estallan” como un volcán! Se encuentran haciendo y diciendo cosas que no quieren hacer. Cosas de las que saben que se arrepentirán por la mañana. Pero lo hacen de todos modos. ¡No saben cómo no reaccionar de forma exagerada!