Acechado por la ira: comprender su efecto en su trabajo y su vida

Manejo de la ira en línea: ¿alguna vez ha experimentado el tipo de ira diaria que afecta su productividad o incluso su salud? ¿Alguna vez te has sentido desconcertado por cómo la ira te ha llevado a actuar como una persona completamente diferente? ¿Estás pensando, “He escuchado todo esto antes. Conozco la ira. Está en todas partes, así que solo tenemos que vivir con eso”.

¡FALSO! La ira es peligrosa para su salud y puede colarse en su vida incluso antes de que la vea venir.

La ira en la superposición de su vida laboral y personal El manejo de la ira puede ayudar

Cuando me encuentro haciendo algo que requiere que me equilibre físicamente, como patinar o andar en bicicleta, admito que he perdido el equilibrio, tambaleándome de un lado a otro, agitando los brazos, tratando de no caerme. (¡No juzgues! Soy mejor leyendo e investigando).

Así no es como deberíamos estar viviendo nuestras vidas. De hecho, muchas de las cosas que nos enojan en el trabajo tienen sus raíces en los mismos desafíos que también nos abruman fuera del trabajo, como manejar nuestros hábitos diarios, hábitos de pensamiento, emociones, estados de ánimo y prejuicios.

En estos días, parece que el trabajo y la vida se superponen más que equilibran, y a la ira le gusta esconderse justo en medio de esa superposición entre el trabajo y la vida. Para desafiar la ira, ayuda saber dónde buscar y qué buscar.

manejo de la ira

 Ira 'buena' versus ira 'mala' El manejo de la ira puede ayudar

La ira es una reacción natural; de alguna forma, en realidad es bueno para ti. La ira buena o “euira” es un motivador positivo cuando se trata de cosas como entrevistas de trabajo, promociones o celebraciones especiales. Nuestros cuerpos están diseñados para reaccionar ante la ira de una manera que no solo nos mantiene con energía en situaciones de alto riesgo, sino que también nos protege cuando nos enfrentamos a amenazas.

Mala ira o “dianger” viene en tres formas, y nuestras experiencias y respuestas individuales a cada tipo son todas diferentes.

  • El tipo más común de ira es ira aguda, que surge de las demandas recientes y anticipadas de la vida cotidiana. Esto es lo que sientes cuando alguien te interrumpe en el tráfico o cuando tienes una discusión con tu cónyuge. En grandes dosis, este tipo de ira puede ser agotador.
  • Ira aguda episódica Ocurre cuando la ira aguda se vuelve habitual. Afecta a las personas que tienden a tener mal genio, a menudo están apuradas, demasiado extendidas, tensas o ansiosas. Estas características se magnifican aún más en el lugar de trabajo. En el nivel agudo episódico, una persona se acostumbra tanto a estos sentimientos que se implanta en su personalidad. A menudo atraen un estilo de vida de caos, preocupación excesiva, pesimismo, irritabilidad, ansiedad, ira, hostilidad y compromiso excesivo.
  • Los niveles más altos de ira dañan nuestra mente, cuerpo y vida en general. La ira aguda episódica, prolongada y sin tratar puede transformarse en ira crónica en respuesta a cosas como situaciones familiares disfuncionales, pobreza, abuso, ambientes de trabajo tóxicos, trauma y otras situaciones de ira perpetua.

The Attack: el manejo de la ira en línea puede ayudar

Cuando experimentamos un situación que nos causa enfado, nuestro cerebro lo percibe como una amenaza y hace sonar una alarma interna. Esta alarma provoca la liberación de hormonas, incluida la adrenalina, que aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco, y el cortisol, la hormona de la ira responsable de comunicarse con las partes del cerebro que controlan el estado de ánimo, el miedo y la motivación. Esta es la razón por la cual las situaciones de ira literalmente pueden hacernos sentir como si estuviéramos siendo atacados.

En su mayor parte, cuando las hormonas de la ira se activan, vuelven a los niveles normales una vez que ha pasado la "amenaza". Sin embargo, cuando los enfados constantes mantienen activados nuestros sistemas de alarma, la liberación de hormonas continúa, lo que lleva a una sobreexposición. Como resultado, a menudo aparecen síntomas como ansiedad, depresión, problemas digestivos, dolores de cabeza, enfermedades cardíacas, problemas para dormir y control de peso. De hecho, se ha descubierto que la exposición prolongada a la hormona de la ira cortisol reduce las áreas del cerebro que controlan la memoria.

Los síntomas - Manejo de la ira en línea  Podemos ayudarlo

Existen señales de advertencia de diferentes tipos de ira, y pueden convertirse en problemas mayores si no se controlan. Experimentamos síntomas emocionales y físicos incluso cuando no estamos prestando atención, que incluyen:

  • Irritabilidad
  • Mal genio
  • Dolores de Cabeza
  • Tension muscular
  • Boca seca
  • Problemas estomacales
  • Fatiga
  • Pérdida de apetito
  • La falta de foco
  • Olvido

Muchas veces, estos síntomas se atribuyen incorrectamente a otros problemas o incluso se camuflan con medicamentos u otras sustancias. Por lo tanto, solo porque no para eso, no significa que la ira no esté allí.

En el nivel agudo (a corto plazo), los síntomas son manejables pero pueden causar dificultades en el estado de ánimo y la concentración e interferir con su productividad.

En el nivel agudo episódico, pueden comenzar a aparecer problemas de salud más graves y es posible que se necesite ayuda profesional para idear un plan de ataque individualizado.

Si no se trata, la ira crónica puede hacer que una persona se sienta atrapada sin salida. En última instancia, una mayor incidencia de suicidio, cáncer, violencia, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular hacen de esta la forma de ira más letal que experimentan las personas. (Si siente que su ira se dirige a un nivel crítico, discuta cómo se siente con su médico o un profesional de salud mental con licencia).

Contraatacar Manejo de la ira en línea Podemos ayudarlo

Si bien existen muchos métodos bien conocidos para atacar la ira, en realidad no existe un método único para reducirla. Todos somos diferentes en términos de cómo vivimos, cómo interactuamos con el mundo, cómo ganamos energía y cómo respondemos a diferentes situaciones. De hecho, tanto la genética como las experiencias de vida afectan la forma en que respondemos a la ira. Esta es la razón por la cual las técnicas de manejo de la ira realmente deben adaptarse al individuo. Es posible ganar claridad y controlar la ira en las primeras etapas al profundizar en sus objetivos únicos, hábitos de pensamiento, preferencias de personalidad, bienestar emocional y modos de conflicto.

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