Terapia de manejo de la ira

Terapia de manejo de la ira

Terapia de manejo de la ira Los programas ofrecen al individuo mucha información sobre técnicas y estrategias para lidiar con la ira. ¿Existe una terapia de manejo de la ira disponible para aquellos que sienten la necesidad de llevar su tratamiento un paso más allá?

A principios de la década de 1970, un psiquiatra llamado Aaron T. Beck, MD, desarrolló una terapia de control de la ira centrada en la resolución de problemas. Esta terapia inicialmente llamada Terapia Cognitiva ahora también se conoce como Terapia Cognitiva-Conductual o TCC. Beck trabajó con pacientes durante años utilizando su conocimiento psiquiátrico, pero se sintió agobiado al ver que el tratamiento de su paciente avanzaba lentamente. Beck quería utilizar un enfoque más intenso para la terapia de manejo de la ira.

Terapia de manejo de la ira

La Terapia Cognitiva es una forma de manejo de la ira que ayuda a una persona a corregir o cambiar detalles específicos en su forma de pensar. Estos detalles, que involucran sentimientos negativos, probablemente generarán enojo y causarán problemas de comportamiento. Beck se dio cuenta de que es durante el proceso de pensamiento que se forman pensamientos negativos que conducen a cambios en las emociones y el comportamiento. Si un individuo pudiera ser tratado en esta etapa, ayudándolo a cambiar su forma de pensar, entonces vería cambios en sus emociones y patrón de comportamiento. Mediante el uso de estrategias y técnicas como el entrenamiento de relajación y el entrenamiento de asertividad, la TCC ha demostrado ser un método relativamente rápido para brindar alivio a un individuo y permitirle experimentar la libertad a través de la resistencia. La Terapia Cognitiva ha demostrado ser el tipo de tratamiento psicológico más eficaz. Su popularidad se ha extendido por todo el mundo y es utilizado por muchos profesionales calificados para tratar a personas con dificultades de comportamiento como la ira. La literatura sobre la TCC está ampliamente disponible y se brinda capacitación en TCC a los profesionales.

Muchas personas que sufren problemas relacionados con la ira evitan la terapia. Algunos piensan que no lo necesitan y otros lo ven como una señal de debilidad. En realidad, se puede decir lo contrario de una persona que busca una terapia de manejo de la ira. Son fuertes y decididos, dispuestos a tomar las medidas necesarias para hacer cambios positivos en su vida. Cuando una persona llega al punto en que puede admitir que necesita controlar la ira, es esencial encontrar un terapeuta que la haga sentir cómoda. Es importante poder comunicarse fácilmente con un terapeuta ya que esta es la persona que ayudará a remodelar la vida del individuo. Construir una relación de confianza con su terapeuta es vital cuando una persona está comprometida con la terapia, sin importar cuánto tiempo lleve.

Ser capaz de compartir emociones, ya sean buenas o malas, es importante en la terapia de manejo de la ira. Es compartiendo y confiando que una persona comienza a descubrir cosas sobre sí misma. Una vez que se revelan estos descubrimientos, un individuo comenzará a trabajar para hacer cambios en sus pensamientos y emociones que conducirán a cambios positivos en sus vidas. La terapia de control de la ira puede parecer difícil al principio, pero con un terapeuta de confianza, la persona sin duda progresará. Esta relación entre el individuo y su terapeuta proporciona una zona de seguridad, un lugar donde pueden sentirse libres para revelar sus pensamientos e inhibiciones más íntimos. Explorar los sentimientos subyacentes de estos pensamientos eventualmente proporcionará las herramientas necesarias para el éxito.
La terapia de manejo de la ira, ya sea la TCC o reunirse regularmente con un terapeuta, definitivamente es beneficiosa para las personas que se esfuerzan por resolver los problemas relacionados con la ira. Elegir la terapia de control de la ira es un gran paso y requiere el apoyo y el aliento de familiares y amigos.

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