4 prácticas cotidianas para desarrollar resiliencia ante la ira

Sentirse enojado a menudo va de la mano con sentirse fuera de control. Considere la última vez que se sintió abrumado o tenía demasiado en su plato. Son momentos que ponen a prueba nuestra capacidad de afrontamiento.

¿Por qué a veces colapsamos bajo presión, mientras que otros lo manejan con calma? Todo se reduce a la resiliencia: la capacidad de adaptarse fácilmente al cambio y recuperarse rápidamente de las dificultades.

Cuando eres resistente, tienes una perspectiva positiva y fuertes habilidades de afrontamiento para regular las emociones. También es empático y tiene un alto nivel de autoeficacia: confianza en su capacidad para tener éxito en una situación particular.

Según el profesor de Kelley School of Business y entrenador de comunicaciones profesionales Tatiana Kolovou, la mejor manera de aumentar la resiliencia es salir de tu zona de confort.

Así es cómo. Puedes utilizar estas cuatro prácticas cotidianas del curso de Kolovou Resiliencia para prepararse para los flujos y reflujos de las carreras y la vida, y asegurarse de que está listo para lo que se le presente. Como trabajar un músculo, practica la resiliencia y estará listo cuando lo necesites.

  1. Pide cosas que quizás no consigas

Muchos de nosotros hemos crecido con la creencia de que pedir cosas es un signo de debilidad o falta de intelecto. O tal vez tememos ser vistos como de alto mantenimiento. Así que lo evitamos.

No pedimos lo que queremos o necesitamos por miedo al rechazo. No podemos soportar la posibilidad de un "no".

Pero aquí está la cuestión: aprender a tolerar el rechazo aumentará la resiliencia.

Para cambiar la forma en que responde al rechazo, practique pedir cosas que quizás no reciba. Comience poco a poco, como pedir un descuento en un artículo en la tienda de comestibles que no está claramente marcado como en oferta. El punto no es engañar al cajero; es para acostumbrarse a escuchar “no”.

Y cuando escuches “no”, no te disculpes; simplemente di algo como “gracias por avisarme”. Luego, date una palmadita en la espalda por estirar los músculos que piden.

Una vez que desarrolle confianza con las preguntas del día a día, puede avanzar a algo más desafiante, como pedirle a un extraño que use su teléfono. Yendo aún más lejos, Kolovou recomienda buscar una solicitud más grande, pero aún realista, una vez por trimestre, como pedirle a su jefe un mejor espacio de trabajo o pedirle a un vecino que cuide a su mascota o niños mientras se toma una noche libre.

  1. Regístrese para aprender una nueva habilidad

Abordar una nueva habilidad, ya sea mental o física, es una forma poderosa de aumentar la resiliencia. Encuentra algo que despierte tu interés y ¡adelante! Tal vez sea aprender un nuevo idioma o cómo hacer sushi, probar el surf de remo o pintar con acuarelas.

Independientemente de la actividad, intentar una nueva habilidad te ayuda a aprender a fallar. Cuando crea oportunidades para fallar y volver a intentarlo, le está enseñando a su cerebro a construir nuevos caminos que respalden una mentalidad resiliente.

En esos momentos en los que te sientas incompetente y cuestiones tu motivación, no te rindas, recuerda que todo es parte de tu entrenamiento. La resiliencia proviene de enfrentar el desafío de frente, luchar y volver a intentarlo.

  1. Elige lo desconocido

Es natural gravitar hacia una rutina cómoda y lo que es familiar. Pero según Kolovou, la resiliencia tiene que ver con la incomodidad.

Solo buscando lo “desconocido, desconocido e incómodo” mejoraremos nuestra resiliencia.

Esto puede ser tan simple como andar en bicicleta por una colina empinada (sabiendo que no lo logrará) o algo más desafiante como mudarse a una oficina en una ciudad en la que nunca ha estado.

La intención de este ejercicio no es fabricar miseria. Es enfrentar deliberadamente situaciones desafiantes que te hagan sentir cómodo con lo incómodo y te preparen para eventos de ira en el futuro.

  1. Mantener un diálogo interno positivo

A medida que salga de su zona de confort, poco a poco, sin duda se sentirá frustrado y desanimado. Observe su diálogo interno, y cuando se desvíe hacia la negatividad, haga el cambio a un diálogo interno positivo.

Primero, elige y usa mejores palabras:

  • Reemplazar falla con obstáculo
  • Reemplazar la caída con el retroceso
  • Reemplace horrible con desafiante

Segundo, entrénate con un mantra que resuene, como:

  • Esto es duro, pero lo superaré.
  • Centrémonos en lo que puedo controlar.
  • Soy fuerte y puedo superar esto.

Tercero, controle esos pensamientos rebeldes:

  • Piense a corto plazo: recuerde que los eventos negativos son temporales y cambiarán. En lugar de preocuparte de que la situación dure para siempre, concéntrate en el aquí y ahora.
  • Piense localmente: en lugar de compararse con los demás (lo que seguramente generará más negatividad), concéntrese en lo que puede hacer para cambiar la situación.
  • Mantenga la perspectiva: pregúntese cuál podría ser el peor de los casos y comprométase a encontrar un lado positivo.

Reproducirlo en su cabeza. Habla en voz alta. Escríbelo. Independientemente de los métodos que utilice, se estará entrenando para responder con una perspectiva positiva a todos los contratiempos que enfrente.

No siempre será fácil, pero siempre será efectivo.

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